Capitulo 5 EL TATO ANTIGUO
Todos los presentes dentro de la cueva salieron despavoridos; tanto miembros de la iglesia, como soldados. El miedo se reflejaba en los rostros de cada uno; los animales que se encontraban en los alrededores de la entrada, huyeron al instante por haber sentido la energía que emanaba de aquel hombre, que ahora yacía de pie con una sonrisa en su demacrado rostro.
-¿Creen que, se liberarán de mí, al huir? Jajaja, disfrutaré, acabar con su miserable, y patética existencia. (Dijo el hombre encaminándose al exterior en busca de todos para acabar con ellos).
La joven, aun debilitada por la pérdida de sangre, se levantó; salió de la cueva una vez que perdió de vista al hombre, al llegar a la entrada, los agonizantes alaridos de los demás eran tan fuertes que la chica quedó petrificada sin poder dar un solo paso más; y cuando creía que su suerte no podría empeorar, sus piernas vencidas por el cansancio, no pudieron seguir manteniéndola en pie, cayendo sentada sin más en la enorme entrada de la cueva.
Los gritos, ruegos y súplicas, así como las blasfemias que emanaban de las bocas de los hombres, eran apagados rápidamente, en diferentes direcciones; la joven temía lo peor, pues sabía que si no lograba levantarse, el hombre al regresar, le arrebataría la vida sin piedad, así como lo estaba haciendo con esas desdichadas víctimas.
Karui luchaba consigo misma para poder levantarse; la fría brisa que recorría el lugar hizo que su cuerpo se estremeciera junto con la voz ronca de un hombre que le bloqueaba el paso. Al mirarlo completamente se dio cuenta de que se trataba de un miembro del clérigo, por la túnica que le cubría por completo; dejando a la vista nada más que su boca la cual esbozó una sonrisa ladina y burlona.
-¡Seré el único que reciba la recompensa por aniquilarte, preciosa! Lástima que seas tan guapa; me siento mal por tener que matar a una doncella tan hermosa sin probarla, pero con la fortuna que me darán por aniquilarte tendré para pagarme a las mujeres más hermosas de cualquier pueblucho al que me dirija.
El hombre estaba por acercarse cuando una enorme roca impactó frente a él; de no ser por un espontáneo retroceso en sus pasos, la roca lo hubiera aplastado por completo.
-ups,… Fallé… (Se burló el albino bañado en sangre mientras caminaba hacia ellos). – Creo que, he perdido práctica, ese largo sueño a adormecido un poco mis músculos. Pero admito que ha sido fácil acabar con las alimañas que trataron de huir, espero y me diviertas más que los otros, porque comienzo a aburrirme, aunque la verdad no espero mucho de ti tampoco. (Comentó, mirando arrogante al hombre encapuchado).
-No sabes con quien te estás metiéndo; solo eres un exiliado más en el infierno, pero si tanta es tu urgencia por que acabe con tu sufrimiento, te daré el honor de pelear contra el poderoso Rémock; líder de los Dybbuk, y supremo comandante del primer círculo del infierno; ‘‘el Limbo’’. (Gritó alardeando de sí mismo). Tú, solo eres un demonio de bajo nivel, que calló en la trampa de los humanos; con suerte serás despedazado por Los Tres Jueces del Infierno; claro, si sobrevives a mi mano.
-Aspros, Minos y Rurett, Ja, ¿ese trío de estúpidos te enviaron? (Interrumpió de manera burlona el albino).
-¿Has dicho estúpidos? Te atreves a decir eso; tú , que ni siquiera fuiste capás de reconocer la magnitud de mi poder. (Afirmó con tono retador).
Sin perder tiempo, el encapuchado se despojó de la túnica, dejando ver su cuerpo, el cual tenía un color moribundo y un hedor similar a un millar a cadáveres en descomposición; su cabello era verde oscuro con la parte delantera completamente negra, sus ojos eran negros, sin brillo, unos ojos tan opacos que, hacían resaltar aún más su ya notoria falta de vida; en partes de su cuerpo se lograba apreciar aun pegada a sus coyunturas, pedazos de carne putrefacta y aun en descomposición; solo se podían ver claramente los huesos desgastados, y carcomidos. Qué aún se encontraban de alguna manera unidos a lo que alguna vez fue su cuerpo . La mitad del rostro dejaba apreciar el cráneo del individuo, mientras que la otra mitad que aun poseía carne, se veía de tal manera que era como si el tiempo se hubiese detenido; pintando un retrato de decadencia y muerte, plasmándolo en un rostro desfigurado, pero de alguna manera humano.
Sin hacerse esperar, el bulto de carne y huesos, se abalanzó sobre él; lanzando poderosos golpes, pero ineficientes
-¡Creí que serías más interesante que los demás! Veo que eres solo una alimaña. (Suspiró con pesadez, y después de unos minutos de silencio, continuó . )- Me estoy aburriendo; mejor terminaré pronto contigo, así regresaré a mi descanso.
Sin esperar la conclusión de dichas palabras, aquel bulto semi-humano logró encestar un fuerte puñetazo en el rostro de su oponente. El albino lo miró de manera seria; al querer dar un paso adelante para contraatacar, sintió su vista nublarse, en ese momento la pesadez de sus extremidades era tal que perdió el equilibrio y se desplomó por completo en el suelo; parpadeando de manera instintiva para recuperar la vista, logró notar la silueta del ser llamado Remock; el cual estaba regodeándose por su gran hazaña, intentó incorporarse una vez más, pero sus piernas se debilitaron nuevamente, mandándolo al suelo por segunda vez.
-¡No intentes levantarte! (Habló poniéndose delante de él. ) – Un solo toque a mi piel, es suficiente para drenar la energía vital de los seres que se encuentren con vida; ya sea en la dimensión humana, o en la dimensión espiritual; en pocas palabras puedo absorber la energía vital de un ángel, o un demonio, si me place. Ningún ser inferior a mí, por más poderes que posea podrá vencerme.
-¡Curioso! (Dijo incorporándose nuevamente, mientras hablaba. ) Eso significa que, mi cuerpo sigue dormido, y lo poco que había despertado lo has absorbido; pero, en vez de hacerme un mal, solo has logrado que mi cuerpo despierte más fácil. (Sonrió de manera burlona).
-Pero… ¿Cómo? Si se suponía que, te había drenado la energía. (Balbuceó mirándolo atónito).
-Tú mismo diste la respuesta hace un momento; odio tener que repetirlo.(Comentó el albino con desinterés)
Rémock, pensó por unos segundos tratando de comprender lo que el albino acababa de decir; no entendía como era que podía mantenerse en pie como si nada, y en un segundo todo fue claro; como balde de agua helada, lo entendió, haciendo que se estremeciera por completo.
-¡e… so… ESO ES IMPOSIBLE! (Exclamó con tono de sorpresa y susto, al ver que su drenado no había surtido efecto. ) Aah… No ser, Que…
-En efecto. (Interrumpió de manera abrupta, dejando ver una macabra y afilada sonrisa, al mismo tiempo que lanzaba un fuerte y preciso golpe).
El impacto fue tan fuerte, que por un momento, la vista del cadáver viviente falló; a lo que, el ahora aturdido oponente, de manera casi instintiva contraatacó sin esperar que el efecto de ese poderoso golpe, pasara. En ese momento el misterioso albino, como un depredador en época de hambruna, se abalanzó de manera repentina hacia su ahora presa; tomándolo por la espalda y colocando sus manos por debajo de las costillas, mostrando una expresión llena de placer; introdujo sus dedos a la altura de sus nudillos, en las decadentes y nauseabundas costillas de aquel saco de carne putrefacta; provocándole así un dolor tan grande, que se dejaba ver en un gritó ensordecedor. Fue por un momento fugás, en el que se dejaron ver unos puntos; que al conectar con las salpicaduras de sangre coagulada, formaban una especie de cruz. Los ojos de Rémock, se abrían tánto por el dolor, que parecía que se le saldrían los ojos de sus podridas cuencas. Se podía palpar el miedo que le carcomía; era tan grande que en un intento desesperado por salvar su vida, solo pudo balbucear.
Y… Yo… Pero… ¿cómo?…Es que…M… Mi… T… Tú … (Tragó en seco la poca saliva que contenía, junto con su respiración).
Las manos del albino comenzaron a cambiar, las uñas de humano que poseía desaparecieron; dando paso a unas enormes garras afiladas de color negro; las cuales, sin perder tiempo alguno, introdujo nuevamente en el cuerpo putrefacto de Rémock.
-¡Aaah!... (Gritó mientras se retorcía por el punzante dolor de las garras).
El aire comenzó a faltarle, el dolor se intensificaba a cada segundo; la sangre coagulada comenzó a caer manchando todo a su paso; el albino sonrió aún más ampliamente, al ver el rostro de dolor de su víctima, sintiendo un placer que hace tantos años, no experimentaba. Sacó sus manos desgarradora mente, sin importar la cantidad de manchas de sangre y carne, que dejaba en esa amplia cueva.
-Jajajajaja. (Rió a carcajadas, por ver al demonio destrozado, pero aferrándose a la poca vida que le quedaba).
-Mmmm, veo que aun sigues con vida, sí que eres un maldito bastardo, eres persuasivo, lo reconozco; tal vez se cuenten grandes hazañas de ti en el infierno por haber durado más de quince minutos en una pelea conmigo, serás un héroe para muchos en tu círculo . (Sonrió sincero).
- Me encargaré de eso, te doy mi palabra; pero, realmente te destruiré. No es personal camarada, solo que, no serás tú, quien me destruya, para eso tengo al demonio perfecto. Aun así te dejare morir con honor, te lo mereces, no todos los días un demonio del primer círculo del infierno es capaz de aguantarme en batalla.
El albino comenzó a levantar sus manos y a hablar en un idioma extraño para Karui, pero claramente no para Rémock, quien yacía colgado de las garras de su ejecutor; las sombras comenzaron a materializarse en forma de serpientes negras, con cuernos de una especie de carnero; eran tantas que rodearon al ahora, saco flagelado, denominado Dybbuk. Este, al mirar todo; solo pudo formular unas últimas palabras.
-Al, menos, ¿puedo saber, el nombre del que tomará mi vida? (articuló cansado, formando una sonrisa de lado).
Azazel, ¨La cabra del emisario¨; el hijo menor de lucifer. (Soltó en un susurro que solo Rémock pudo escuchar).
Al pronunciar esas palabras los ojos de él se agrandaron, suspiró e inclinó la cabeza, susurrando.
-Perdóneme su alteza; ha sido un honor para mí morir en manos de usted.
Y sin permitirle hablar más; Azazel dio orden para que las serpientes sombra terminaran su trabajo. Las serpientes desgarraban de manera brutal; en un espectáculo tórrido de sangre, tripas y fragmentos de piel, regados en la sangrienta cueva del irreconocible cuerpo de aquel, llamado Rémock; Karui, miró aterrada, como las sombras desprendían el cuerpo, parte por parte; y como, sin piedad alguna, lo devoraban.
Azazel, no tardó en notar la presencia de la joven, y a paso firme se colocó frente a ella; se puso de cuclillas para estar a su altura. La joven presenció como un color esmeralda desaparecía, dejando paso a un ámbar brillante, y cautivador para ella; cosa a la cual no debería tomarle importancia, tomando en cuenta el anterior macabro espectáculo.
Azazel la observó con detenimiento, y sin decir ni una palabra; recogió una serpiente sombra, esta sin mostrar resistencia se introdujo en su brazo, y comenzó a cambiar de forma, dejando unas llamas negras a su paso; en ese momento, con una fuerza descomunal, intentó enterrar sus garras en el cuello de la joven debilitada por el anterior encuentro; pero, antes de que impactara con el cuerpo de la dama; una luz comenzó a emanar, rodeando a la chica y a Azazel. Unas cadenas se hicieron presentes saliendo del cuerpo de la doncella, y entrando en el contrario. Grafemas de luz, comenzaron a aparecer y a girar alrededor de ambos; la garra de este comenzó a desintegrarse, provocándole un dolor insoportable. En ese instante, una descarga eléctrica calló sobre él; tirándolo por completo en el suelo. Asombrado por lo sucedido, intentó incorporarse sin éxito.
La miró por un momento, y en un rápido movimiento, con una de sus garras le rozó la mejilla; haciéndole un corte poco profundo, lamió la poca sangre que pudo tomar de la joven, y minutos después sus ojos se agrandaron por la sorpresa.
-¡Eres la cría del maldito bastardo que me encarceló ! Después de todo, ese imbécil lo consiguió. (Mencionó con una sonrisa, tratando de esconder una mirada de tristeza). - Pero ¿a qué, costo? (Articuló las últimas palabras antes de desmayarse).
Karui logró atraparlo antes de que este impactara contra el duro y frio suelo; sus piernas ya estaban recuperadas, pensó por unos minutos y como pudo cargó el cuerpo de Azazel el cual era mucho más grande y pesado que el de ella, lo llevaría a la mansión Bladewoods para que lo atendieran, ella tenía muchas dudas y preguntas que quería que le respondieran y parecía que él era el indicado para contestarlas; sin contar que también aun que intentó matarla, al final también la había salvado de un demonio.



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