Capitulo 10 PUEBLO CENTAURO

 


La joven ama por instinto cerró lo ojos y se aferró a la vestimenta del albino al momento de cruzar el portal; sintió una suave brisa mientras atravesaban el umbral de ambos mundos. Comenzó a abrir lentamente los ojos cuando voces se hicieron presentes en sus canales auditivos.

 

Su asombro era tal, al grado de que no se percató en que momento Azazel la había colocado de vuelta al suelo para comenzar a jalar nuevamente de las riendas del caballo que aun tiraba de la carreta con sus pertenencias; mientras seguía con paso lento a Aristo por el sendero que daba a la entrada de un pueblo, el cual se podía apreciar que estaba a las afueras de lo que parecía ser el enorme bosque en el que anteriormente habían pasado días internados.

 

-No te retrases, o tardaremos más  en este lugar- (hablo calmado el albino mientras alentaba más su paso para que la joven  pudiera alcanzarlo)

-entre más rápido terminemos con este asunto, mejor para nosotros.

 

-¿Aaah? Si, ya lo sé 

( inconforme por la actitud de su acompañante) - sé que para ti solo es pérdida de tiempo-(habló la joven llegando al lado del albino)pero para mí es importante, no espero que lo entiendas pero, al menos déjame hacerlo. Quiero estar al tanto de lo que mis padres hicieron en su momento y quiero ser parte de esto también, no quiero ser la única sin saber que fue del  pasado de ellos y siento que esta es una de las maneras en las que encontrare respuestas-(finalizó su corta conversación)

 

 

Aristo se percató de que el ambiente se puso tenso entre sus dos nuevos huéspedes y eso le pareció un poco extraño y a la vez le causo algo de inseguridad o mejor dicho temor, pues la energía demoniaca que cargaba el albino lo inquietaba, pero era algo que trataría de no demostrar. Al menos no hasta que los jefes del consejo de los centauros lo hablaran.

 

Al llegar al pueblo;  todos sus habitantes se dieron cuenta de la presencia de los nuevos huéspedes que acompañaban a su ya conocido compañero Aristo, al principio  muchos se sintieron curiosos por la presencia de dichos humanos; pero la energía que emanaba de Azazel era enorme, ya que se  alcanzaba a distinguir que algo demoniaco se estaba asentando en su territorio y eso puso en alerta a todos, sin pensarlo comenzaron a ocultarse en sus respectivas chozas mientras mantenían las luces que emanaban de las velas encendidas como si la luz fuese capaz de alejar la presión demoniaca que comenzaba a sentirse por el lugar.

 

Tales acciones no pasaron desapercibidas por el trio que caminaba silenciosamente. Karui se sintió un poco incomoda por la reacción de los pueblerinos centauros mientras que Azazel no mostraba emoción alguna ante las acciones anteriores. Aristo volteo a ver a los jóvenes tratando de esbozar un intento de sonrisa para calmar la tensión que ahora era más grande que al inicio de entrar en el pueblo, pero solo logro mantenerla por unos segundos, ya que un grupo de centauros con armaduras y varios tipos de armas como lanzas, espadas y garrotes con metales en las puntas  los rodearon impidiéndoles el paso.

 

-¡Alto ahí! (gritó con una voz ronca y potente un centauro con la parte de caballo color café oscuro, y con la cabellera negra)-¿Quiénes son ustedes?(hablo mientras los demás centauros amenazaban con sus lanzas)

 

-Kriger, por favor vienen conmigo (hablo calmadamente Aristo mientras se posicionaba en frente de la joven y el albino) - no son malos, ellos…

 

-No te metas maldito téras. (interrumpió de manera brusca y con molestia)- sabes que no podemos darnos el lujo de traer a extraños a nuestros dominios y menos (sus ojos se posaron en  Azazel) - si son seres que emanan tal energía consigo – (escupió sus últimas palabras con odio)

 

-no pretendemos causar pro…- (interrumpió nuevamente)

 

-tú no te metas insolente huma…(no terminó la frase)

 

En  segundos  Azazel se encontraba parado a un lado de Kriger con seriedad pero aun sin siquiera mirarlo. Todo pasaba en cámara lenta como si el tiempo se hubiera detenido.

 

-no…(el albino guardo silencio por una milésima de  segundos para después dar una fugas mirada a los demás centauros, observando cada detalle por mas minúsculo que fuera) -no vuelvas a intentar hablarle de una manera tan irrespetuosa a la joven. (sentenció para en un parpadeo aparecer al lado de la chica como si nada hubiera pasado)

 

Todo lo que paso fue inesperado,  nadie fue capaz de articular palabra alguna, estaban paralizados por la fuerza sobrenatural que se desato de golpe en el lugar, un miedo intenso  se apodero de los demás presentes, notaban el miedo, ira y a la vez la impotencia por el estado de shock en el que se encontraba su capitán y eso les asustaba aún más pues nada era capaz de intimidar a su líder y  verlo de esa manera les preocupaba.

Cuando  Kriger asimiló lo que había pasado y retomó su compostura no pudo hablar más, pues una voz algo vieja lo interrumpió.

 

-Kriger, déjalos pasar (caminó hasta  pararse a un lado de el) hijo has vuelto (comento feliz mirando a Aristo y acercándose a abrazarlo) - y veo que has traído acompañantes peculiares (sonrió de forma amigable a la joven ama y al albino) disculpen a Kriger; no suele ser muy confiado con los desconocidos pero, es buen muchacho.

 

-No tiene que disculparse señor, nosotros deberíamos hacerlo por aparecer de manera tan  ( comentó la joven demostrando los modales que tanto se esforzó Mina por enseñarle inclinándose y saludando cortésmente al centauro de edad no tan avanzada pero notoriamente más adulto que los demás presentes) - lamentamos el alboroto que hemos provocado.

 

-que doncella tan adorable has traído a nuestro humilde pueblo Aristo, vamos les mostrare donde podrán hospedarse por mientras, ya tendremos tiempo de hablar con más calma, me imagino que deben haber recorrido un largo camino para llegar hasta aquí.

 

Sin más palabras que decir el centauro mayor condujo a los nuevos invitados a el interior de lo que parecía ser una especie de posada por la que minutos antes había salió para poder recibirlos. Unas centáurides (centauros hembra)  se acercaron con un poco de más confianza a Karui y de manera amistosa la condujeron a su respectiva habitación, mientas Azazel se encargaba de bajar las pertenencias de ambos para que Aristo pudiera llevar al cansado caballo a descansar. Una vez que este se marchó con el caballo, Azazel dio pasos para ir en dirección a donde se encontraba la joven ama, pero sus pasos fueron detenidos por el centauro mayor el cual mostraba una sonrisa un poco melancólica.

-hijo, solo quiero que sepas que no te juzgo por lo que cargues o lo que puede que seas. (miró a Azazel directamente a los ojos)- pero si hay algo de lo que quieras hablar yo podre escucharte, se nota que no eres un mal chico pero; te agradecería que no vuelvas a asustar a mis muchachos de la forma en la que lo hiciste hace unos momentos.(sonrió)

 

- eso  fue increíble, son rasgos  de alguien  muy fuerte y aún más interesante,  en un parpadeo  y sé que nos acabarías; sabes  no me incumbe pero, debes saber que aquí respetamos las leyes de paz que hace tiempo se impusieron en los mundos tanto espirituales como terrenales. Eso implica nuestro mundo mágico, el humano y el espiritual el de los ángeles y demonios (comentó con tranquilidad) - así que espero que puedas acatar las reglas así como todos nosotros.

 

-mientas no se metan con nosotros no habrá problemas, pero si hacen algo que ponga en riesgo a la mocosa, matare a cada ser que se encuentre en este lugar sin piedad alguna (habló tranquilo mientras  comenzaba  a caminar y esquivaba al centauro que al parecer era jefe de aquel pueblo)

 

-sabes… ( volvio a parar al albino) - tienes agallas para amenazarnos hijo(dijo mostrando una sonrisa) - sé que no eres un ases…

 

-no soy su hijo y no me conoce para asegurar que no soy un asesino (lo miró con seriedad y un poco irritado)

 

-lamento todo ( dijo mientras lo tomaba del hombro) -se nota que has tenido una vida dura y difícil pero, mi oferta sigue en pie, estaré en mi despacho si necesitas ser escuchado, no eres malo eso si lo puedo asegurar con solo verte una vez y sé que esto tal vez sea nuevo para ti, pero aquí todos nos tratamos como familia y eso serán para nosotros mientras no hagan algo que nos perjudique, nos abrimos a la gente que no  nos ataca pero casi siempre los humanos que llegan a nuestro pueblo vienen con malas intenciones, espero y  ustedes no. (Le miró con tristeza) - ve con tu novia, estará feliz de que por fin puedan tener algo de, privacidad (sonrió ampliamente)

 

-¿novia? (Por un segundo Azazel pensó en esas palabras sin entender) -ella y yo no… (habló en voz baja pensando aun desconcertado pero sin terminar la frase)

 

-mi nombre es Klok Sjef (kluk sheff) nunca me presente. (y sin dejar que el albino pueda argumentar algo más se fue con una amplia sonrisa dejándolo parado ahí en el pasillo)

 

Azazel se encamino al cuarto de Karui para dejar las pertenencias de la joven, una vez que encontró la habitación se percató de que había algo de ruido en esta y eso le extraño, abrió la puerta y verifico el origen de dicho alboroto.

 

-¿Por qué hay?...

 

No pudo terminar su pregunta, ya que al mirar el interior de la habitación encontró a dos hermosas  centáurides  tomando a la joven  la cual se encontraba en prendas menores dejando al descubierto casi todas las partes de su cuerpo, mientras ellas intentaban ponerle vestidos algo extravagantes y provocativos para hacerla resaltar sus atributos.

 

Ya que según ellas la vestimenta que la joven traía era muy formal y eso sería incómodo para ella en su estancia en el pueblo y aunque la pobre joven ama se había negado a la propuesta de las dos hembras,  no pudo hacer mucho para que respetaran su decisión  pues  según ellas; era demasiado bella como una muñeca de porcelana y eso las hacia querer vestirla de diferentes maneras.

Las tres se quedaron petrificadas al momento en el que el albino hablo, el nerviosismo se apodero de ellas las cuales gritaron  mientras trataban de cubrir a Karui para que el nombrado no viera más de lo que ya había visto según ellas.

 

-dejen de hacer tanto alboroto (comentó con pesadez y algo de ) - no es la primera vez que veo el cuerpo de una mujer, así que verla de esa manera no provoca nada en mí, si eso es lo que les preocupaba, sigan en lo suyo solo traía las cosas de ella para que no ande buscándolas por el pueblo.( comentó con desinterés total)

 

Karui estaba completamente roja por la vergüenza  de que Azazel la haya visto en ropas menores, pero al escuchar las palabras del albino se sintió no solo ofendida sino lastimada, aunque no sabía el por qué. Sabía que era un demonio y que tenía muchos más años que ella, era lógico que él ya hubiera tenido encuentros con mujeres o demonizas pero no pudo evitar sentirse insegura ante dicho comentario.  El sonido de la puerta cerrándose fue lo que la hizo volver a la realidad de lo que había pasado.

 

-vaya, sí que es rudo para decir las cosas (comentó molesta una de las centáurides) -¿no lo crees Måne? (moona).

 

-Si  pero no le hagas caso linda,  eres hermosa,  solo que es demasiado idiota para notarlo (Måne sonríe tratando de darle ánimos  a la joven ama)

 

-o tal vez solo le da pena decir lo que realmente siente y por eso dice lo contrario (sonríe también la primer centáuride)

 

-cierto Φεγγάρι (fengari) tal vez solo es  tímido (finalizo la chica)

 

Ambas centáurides reían por sus suposiciones logrando que la joven ama dejara de pensar por un momento en lo acaba de ocurrir, aunque se sentía molesta y algo dolida por el comentario no lo demostraría pues como mujer era algo orgullosa y ese orgullo  era  tan fuerte que la ayudaba a protegerse de comentarios como esos o peores así que se dispuso a disfrutar de la compañía de sus nuevas amigas mientras intentaba dejar de lado las palabras del demonio que hasta ahora solo estaba cumpliendo con las ordenes de Lucius.

 

Mientras tanto en la habitación de al lado Azazel escuchaba la conversación de las chicas no por que quisiera si no porque  sus voces eran tan elevadas y las paredes de las habitaciones no eran tan gruesas como para impedir que el sonido pasase, suspiro pesadamente y sin nada más que hacer se recostó en la que sería su cama para mantenerse relajado aunque, sin dejar de estar alerta claro. 

 

Mientras los nuevos huéspedes se acomodaban en sus respectivas habitaciones para descansar y relajarse, en otra parte de la enorme casa se encontraba un Aristo algo nervioso frente a Klok Sjef el cual estaba con un semblante sereno ante todo lo que acababa de ocurrir.

 

Aristo le explicaba a su padre como es que los había conocido y que había visto como el hombre de cabellera blanca ni se inmuto al ser asechado por la presencia del ser maligno que tantos problemas les había causado a ellos, le explico que el ser  los dejo libres sin hacer aparición física y que en ningún momento el albino mostro debilidad, también le conto de cómo fue que el termino invitándolos al pueblo y sus intenciones de desenmascarar al asesino de las mujeres que se comprometían.

 Klok Sjef pensó en todo lo que su hijo le había explicado  y una vez que el muchacho se retiró del despacho los jefes del consejo, los centauros llegaron para hablar del tema que tenía escandalizados a todos. Debatieron en si había sido buena idea el haberles permitido el acceso y sobre las intenciones de ayudar que los viajeros tenían con respecto a los asesinatos, los jefes del consejo temían que el albino fuera el desconocido ser  disfrazado que se encargaba de matar a las doncellas comprometidas pero al hablar del tema descartaron la posibilidad rápidamente pues este tenía consigo a la joven doncella, que al parecer no mostraba indicios de haber sido raptada o estar siendo forzada a permanecer a su lado.

Pasaron un largo tiempo debatiendo lo que harían con ellos pero el jefe de los centauros abogó en su favor dejando el testimonio de su hijo Aristo como prueba de que podrían ser de fiar y con eso dejaron por terminada la reunión, para el día siguiente se les explicaría a los nuevos sobre el tema de lo que mataba a las doncellas para ver cómo es que podían solucionar el problema, ya que eso podía arruinar la paz entre los mundos mágicos y humanos y eso sí sería un problema mucho mayor, algo que sin duda no estaban dispuestos a aceptar.



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