Capítulo 1 Los recuerdos
Era una noche muy fría, el viento estaba azotando los viejos tejados de las casas en la ciudad de Gloucester; para que puedan ubicarse, déjenme orientarlos un poco.Gloucester es una ciudad y distrito, conocido como distrito de Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra; muy cerca de la frontera con Gales. Está situada al este del Rio Severn, 180 kilómetros al noroeste de Londres. Se encuentra en una zona boscosa y montañosa.Las Cotswolds se ubican en el este, el Bosque de Deán al oeste, y la cadena montañosa de Malvern Hills al noroeste. Una vez dada esta información podemos proseguir con lo demás.Era una noche muy fría, el viento estaba azotando los viejos tejados, de las casas en la ciudad de Gloucester. El señor Enrique Gloucester; se encontraba en la sala de su enorme mansión, caminando de un lado a otro como león enjaulado, con una pipa en la mano derecha, y con una carta abierta en la mano izquierda; su frente estaba empapada de sudor frío, el cual, ya llevaba casi dos horas que se había hecho presente, desde que abrió la carta.Le temblaba todo el cuerpo y su respiración era dificultosa; traía de un lado a otro a los sirvientes de la mansión, apurándolos para que atendieran a los sirvientes de la familia Bladewoods; los cuales se componían de una mucama de unos 24 años, un mayordomo de 30 o 33 años a lo mucho, un niño de 6 años, hijo de los jardineros de dicha familia, el hijo mayor de los cocineros y dos sirvientas jóvenes de apenas 17 y 19 años, todos cubiertos de tizne por el fuego que consumió la propiedad Bladewoods.No todos los sirvientes se habían salvado, pero ellos eran más que suficientes para que el Señor Enrique estuviera con las ansias hasta la coronilla. La mucama cargaba en sus cansados brazos a una recién nacida con piel pálida. La pequeña, comenzaba a ponerse de color morado, debido a que los sirvientes tuvieron que atravesar un arroyo y al no tener como pasarlo, entraron en este mojándose por completo. A pesar de los intentos de los sirvientes la pequeña terminó empapándose con la helada agua del arroyo.-¿Es la hija de Henrrickson Bladewoods? (Preguntó el Señor Enrique, dándole una calada a la pipa y alejándose un poco de la mucama para que el humo no le diera a la menor).-¡Si, mi Señor; fue a la única de los ámos, que logramos sacar con vida del caos!... (Comentó la mucama tratando de contener las lágrimas al darse cuenta de sus palabras).
-¡Deme a la pequeña para que podamos atenderla y, de igual manera a ustedes! (Interrumpió una de las sirvientas del Señor Enrique).La mujer le entregó la bebé a la sirvienta un poco más tranquila; mientras veía como la llevaban a la habitación de alado. Poco tiempo después les entregaron ropas limpias y secas para cada uno de los sirvientes de la pequeña, y una vez; ya, todos cambiados se dirigieron nuevamente a la sala donde se encontraba el señor de la propiedad.-¿Qué demonios pasó allá con exactitud? (Gritó el Señor Enrique, dando un fuerte golpe a la mesa de noche que tenía a un lado de los sofás).-¡Henrrickson me dijo que no me preocupara!... ¡Que él se haría cargo de ese maldito problema!... (Se quejó una vez más, el hombre).El mayordomo; ahora, de la pequeña que se encontraba en la habitación vecina, se acercó con pasos firmes hasta la mesa y colocó en ella; una sábana mojada, sucia, manchada de sangre y tierra.-¡El ámo Bladewoods, se encargó como prometió! Pero… (Detuvo sus palabras por unos segundos, bajó su vista hasta el suelo alfombrado de aquella lujosa habitación, y prosiguió).-¡Murió junto con la señora de la casa!... Ambos, nos dieron órdenes estrictas de que nos encargásemos de los demonios; y, de que le trajésemos solo a usted, a la pequeña áma; en cáso de que ellos fallecieran. ¡Un demonio, logró escapar!... (Frunció el ceño, y se mordió inconscientemente la comisura de su labio).-¡Eran demasiados los que aparecieron cuando todo ocurrió!Pero le trajimos el brazo de uno, con una gema extraña, el ser se aferraba a ella con mucha intensidad.¡El ámo me ordenó que se lo trajese!Enrique, acercó su mano temblorosamente hasta la sábana; se detuvo a centímetros de esta por unos minutos, observó dudoso de si abrirla o no para ver la realidad de la situación; dirigió su vista al mayordomo y luego a la bolsa improvisada. Tragó saliva ásperamente y la desenvolvió, mirando petrificado el brazo que efectivamente, no tenía forma humana; sosteniendo la extraña pero, preciosa gema color carmesí, como el mismo fuego del infierno.Aun temeroso; tomó el brazo y forcejeo con este para abrir la muñeca para así hacer que soltase la piedra y poder apreciarla aún mejor. Una vez que consiguió quitarle la gema al brazo del demonio, apreció la piedra por unos instantes, y luego giró hacia el mayordomo.-Y… Dime, Lucius… ¿Cuál es el nombre del abominable ser, que se atrevió a extinguir la vida de mi mejor amigo?-¡Óze… Ese es el nombre del demonio, mi señor!--¡Bien; cuéntame todo lo que sabes sobre ese tal "Óze" y el experimento de Henrrickson, sobre como manipular a los demonios sin condenar tu alma!Con el paso de los años; Enrique, no solo fue conocido como el príncipe tercero, hijo de los reyes en ese tiempo sino que también fue nombrado Duque de Gloucester; dio orden de que la mansión de los Bladewoods fuese reconstruida tal y como era antes de que las llamas la consumieran.Las riquezas de la familia habían sido resguardadas en otra parte, los pasadizos secretos se conservaban intactos, y un par de años después; los sirvientes y la pequeña heredera regresaron a su majestuosa mansión.Un hombre vestido de traje, llegó a las puertas de la mansión meses después de que los sirvientes regresaran; este, pasó al interior de la sala principal mandándo a llamar a la mucama, y al mayordomo. Lucius tenía conocimiento en el trabajo de la familia, debido a que era la mano derecha del Señor Henrrickson. Y se le heredó, el manéjo y poder de la empresa, la cual consistía en el estudio de plantas medicinales para crear medicamentos, y poder distribuirlos por todo el mundo, hasta que la pequeña tuviera edad para dirigirla completamente.A Mina, le heredaron un collar de oro, en forma de cruz; con diamantes, encerrada en un círculo con un par de alas cargándola. El collar había sido bañado por agua bendita, de las iglesias más importantes en la región. Y era capaz de repeler a los demonios y espíritus malignos a su alrededor, o de inmovilizarlos.Mina, se encargó de la crianza de la pequeña, a la cual se le dio el nombre de Karui Bladewoods. En honor a su padre Henrrickson Bladewoods, y Sukairaito Kami No, que al casarse, fue conocida como Sukairaito Bladewoods; Karui, era el nombre que los difuntos querían para la pequeña.Nombre que jamás pudieron otorgarle ellos, personalmente; pero, que sus leales sirvientes se encargaron de darle, por amor y lealtad a la familia que les abrió las puertas, y les brindó una oportunidad, para un nuevo comienzo.
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